La Cámara Paraguaya de Carnes informó que el sector cárnico prevé cerrar el año con ingresos de USD 2.169 millones, con un incremento del 18% respecto al año anterior. El gremio atribuye el salto al fortalecimiento sanitario y la apertura de mercados.
Según Randy Ross Weibe, presidente de la presidente Cámara Paraguaya de Carnes (CPC), “este logro es la combinación de años de coordinación público-privada, donde las políticas sanitarias, los sistemas de control, la apertura de mercados, la inversión en infraestructura productiva y el compromiso del sector confluyeron en una misma Dirección: elevar la competitividad de la carne paraguaya”.
Un auge impulsado por tres motores
Las estimaciones del sector cárnico muestran que, en 2025, Paraguay alcanzará niveles históricos tanto en volumen como en valor de exportación. Por un lado, los envíos de carne crecieron hasta ubicarse entre los más altos registrados, confirmando la solidez productiva del país. Por otro, el precio promedio pagado por los mercados internacionales también se elevó a rangos altos, reflejando una revalorización sostenida del producto paraguayo.
“Las exportaciones se fortalecieron simultáneamente por cantidad y por precio, una combinación poco frecuente y que demuestra la capacidad del sector para competir, diferenciarse y ganar terreno en mercados cada vez más exigentes”, señaló Daniel Burt, Gerente General Cámara Paraguaya de Carnes (CPC).
En términos de volumen, se estima una exportación de 420.030 toneladas para el 2025, representando un incremento del 3% respecto al año anterior. En tanto, el precio implícito se ubicó en un promedio de 5.125, significando un aumento anual del 16%.
Este doble impulso —volumen y precio— permite el salto histórico sobre el umbral de los USD 2.000 millones. En 2023, el país había exportado USD 1.638 millones, cifra que creció a USD 1.839 millones en 2024, pero nunca antes se había cruzado la barrera que define a una verdadera potencia cárnica regional.
Un sector que afianza su peso macroeconómico
El repunte de las exportaciones refleja que la carne paraguaya está escalando en competitividad internacional, alcanzando mercados que demandan mayor calidad y que pagan un valor superior por tonelada.
Mientras varios competidores enfrentan restricciones sanitarias, sequías o inestabilidad operacional, Paraguay consolida un sistema ganadero estable, con sanidad ejemplar y ciclos productivos más previsibles. En un contexto regional frágil, Paraguay destaca por su continuidad, previsibilidad y disciplina sanitaria.
Una demanda internacional que reconoce la consistencia del productor paraguayo. Los principales mercados —Chile, Taiwán, Brasil, Israel y países árabes— aumentan compras no solo por necesidad, sino porque confían en la carne paraguaya. Paraguay se volvió un proveedor serio, confiable y capaz de entregar volumen de manera sostenida, algo altamente valorado en cadenas globales de abastecimiento.
La apertura y el ingreso efectivo a nuevos mercados de alto valor. En los últimos años, Paraguay no solo obtuvo habilitaciones clave —como Estados Unidos y Canadá— sino que ya concretó exportaciones reales a esos destinos, consolidando presencia en mercados con altos estándares sanitarios y gran capacidad de pago. Esta expansión diversificó la cartera de compradores, redujo la dependencia de pocos destinos y elevó el potencial de crecimiento del sector cárnico.
Y una revalorización del producto paraguayo basada en capacidades propias, no solo en precios del mercado. La genética, la eficiencia del engorde, la calidad industrial de los frigoríficos y una logística cada vez más robusta se tradujeron en un producto final más caro porque vale más.
El salto de 2025 ocurre porque Paraguay hizo bien las cosas. El país combina disciplina sanitaria, consistencia productiva, calidad industrial y cumplimiento internacional. Ese conjunto explica por qué Paraguay es hoy uno de los pocos exportadores que logra aumentar volumen y elevar precio al mismo tiempo, un logro reservado solo para quienes tienen verdadera competitividad estructural.




Para la Fundación Paraguaya, este reconocimiento reafirma un camino institucional sostenido en principios éticos y de transparencia. También pone en valor el alcance del Semáforo de Eliminación de Pobreza, innovación que está generando impacto en comunidades del mundo entero y posicionando al Paraguay como referente en soluciones sociales de alto impacto.
Patricia Rivas, vicepresidenta de Nutre Py, destacó el crecimiento que representó para el emprendimiento esta incorporación, de tener 3 colaboradores hoy la empresa cuenta con 57. También impulsó el fortalecimiento de los estándares de calidad, inocuidad y formalización, cuentan con habilitaciones nacionales, certificado de origen y certificación FDA, lo que permitió abrirse a otros mercados en el exterior. “La misma barrita que enviamos a Estados Unidos es la que va también a los niños de todo el país”, indicó.